29 de septiembre de 2011

Aborto Decidamos que no, pero decidamos nosotros.

     El 11 de septiembre pasado, se realizó una caravana de la Delegación Álvaro Obregón hacia el Zócalo, donde motociclistas pedían que se revocara, del Reglamento de Tránsito del D.F., el ARTÍCULO 88 que les prohíbe a los conductores de bicicletas, bicimotos, triciclos automotores, tetramotos, motonetas y motocicletas, transitar por los carriles centrales o interiores de las vías primarias que cuenten con dichos carriles y en donde así lo indique el señalamiento de las vías de acceso controladas. Los manifestantes eran motociclistas, a los que el gobierno les había quitado su derecho a decidir que vías usar con vehículos que son más rápidos, menos contaminantes y mas maniobrables que los automóviles. Solo en México no pueden decidir que vías pueden usar.
     He tenido la fortuna de estar en algunos países y lo que se ve en México es increíble. Solo aquí somos capaces de poner trabas a cualquier cantidad de estupideces que no solo no nos hacen un país mejor, si no que estamos atrasándonos más y más… pero nos lo merecemos.
     Somos un país en el que una marcha de treinta personas es capaz, con toda impunidad, de desquiciar una ciudad y afectar a cientos de miles de personas, directa o indirectamente. Y es por el “derecho a manifestarse” “consagrado” en el Articulo Sexto de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos que se hace, y las autoridades “respetan” ese derecho; sin embargo, el mismo articulo habla de que no se debe afectar los derechos de terceros ni perturbar el orden publico… ¿¡Entonces!? Pero esas treinta personas sí deciden por miles.
     Hace un tiempo mi compadre, el que vende piedras, me contó que al ir al estado de México los detuvo un comando armado, a alguien encañonaron a la cabeza; el incidente no pasó a mayores al ser éste y sus acompañantes gente de bien, pero esos tipos deciden quien pasa por sus territorios y quien no; mi compadre ya decidió no pasar por allí nunca más.
     Matan a cincuenta dos personas en Monterrey y rápidamente las autoridades se van contra los pecaminosos casinos y sus dueños; se le echan encima a un pobre diablo que ejerce de presidente municipal en esa ciudad y nos ponen enojados contra él… ¿Y los muertos? ¿Han vuelto oír hablar de ellos? Es más, ¿han vuelto oír hablar del tema seriamente?... Yo tampoco. Creo que alguien ya decidió que no se sepa más del asunto a profundidad.
     En el sexenio pasado (sí, ya sé, vuelvo con mi estúpido favorito, solo poquito), los ejidatarios de San Salvador Atenco impidieron, con lujo de violencia, la realización del aeropuerto alterno de la Ciudad de México, era una increíble turba de… unas decenas de campesinos armados con machetes, varillas y piedras. Perdió México con la cancelación del aeropuerto, nos dejó en lo que somos, un país en los límites del tercer y el cuarto mundo. Ahora, la “dignidad” de los de Atenco está intacta; están muy orondos de orgullo al saber que no se dejaron mangonear; están en la misma pobreza que hace décadas, espantando moscas en lugar de haber logrado más beneficios que perjuicios… pero ellos decidieron.
     Hay en el país una planta nuclear en Laguna Verde. En abril pasado, en conmemoración del 25 aniversario del la tragedia de Chernobyl y en el eterno debate relativo las centrales nucleares, llama la atención que por cada persona que fallece por la generación de energía nuclear, 3,600 mueren a causa de la energía creada por carbón, concordado por la misma cantidad de energía producida. Posiblemente no logren cancelar la planta, pero unos cuantos quieren decidir solos, en perjuicio de millones. ¿Por qué no se van a manifestarse a las minas de carbón? Esas no pagan ($) para silenciarlos.
     No tenemos más elección que conectarnos con la CFE; no tenemos más elección que cargar en una gasolinera de PEMEX; no tenemos más elección que abastecernos de una sola concesionaria de agua; no tenemos más elección que pertenecer a un partido político si queremos ser votados; no tenemos más elección que…
     Anteayer una inteligente mujer lanzó un post en facebook que se encendió inmediatamente. ¿El tema? El aborto. A pesar de la discusión, y revisando después el contenido de los alegatos, me di cuenta que realmente no había controversia. Como buenas madres, ella y otras personas, defendían la vida de los nonatos. Los demás no diferíamos, estábamos en contra del aborto también, pero a favor de que las mujeres decidieran, y que no hubiera consecuencias legales (¡cárcel!). Esto que escribo hoy, viene a eso. Siempre he defendido la libertad individual por encima de moralismos y dogmas; tanta libertad individual como sea posible, ya depende de cada quien y sus valores morales y familiares, convertir esa total libertad en libertinaje. Una compañera de generación dio su ejemplo de vida en un embarazo: los médicos, al ver que su hijo venía mal, le dieron a elegir tenerlo o no, eligió tenerlo… pero pudo elegir.
     Ayer la Suprema Corte de Justicia de la Nación no avaló la penalización del aborto. No es lo mismo avalar que no derogar. 64% rechazaba la ley, 36% la mantenía; se necesitaba 72% para revocarla. No hay que confundirnos, la mayoría aprobaba derogarla. El tema no era el aborto, era la injusta e inhumana penalización.
     ¿Qué pasaría si una mujer embarazada de dieciocho semanas tiene un aborto espontaneo en la vía publica y pierde al bebe? ¿Puede pasar eso? Sí, sí puede pasar… y pasa. Pues va a la cárcel derechito mientras que ella comprueba desde dentro de prisión, despedazada por el dolor de la pérdida, que no fue provocado… ¿Podría pasar esto también? ¡Pasó! Es una joven de veintiún años originaria de Mexicali, sentenciada a 23 años de prisión por un aborto espontáneo mientras trabajaba. Ella no decidió que su hijo se le “desprendiera”. Hay decenas como ella en prisiones. Cualquier aborto será perseguido como “Homicidio Agravado por Parentesco” mientras se investiga, y ojo… estamos en México. La pena carcelaria es de 20 a 50 años de prisión (¡!). Mi otro compadre, el telefonista, me comentó que a una buena amiga le pasó dando clases: “Se le vino”. Estaba desolada. Si estuviera en Baja California, sería candidata a pasar décadas en prisión. Estamos en México.
     Más adelante prohibirán a las mujeres ser taxistas porque no es de su género y no nacieron para eso. Más adelante prohibirán a los hombres ser estilistas, porque es un oficio de mujeres.

«El hombre es racional, y por ello semejante a Dios; fue creado libre y dueño de sus actos»  (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses, 4, 4, 3).
(Vaticano. Catecismo de la Iglesia Católica. www.vatican.va/archive/catechism_sp/p3s1c1a3_sp.html)

     Mujeres y hombres, rechacen y aborrezcan el aborto, no lo practiquen, repúdienlo, pero no apoyen que otros decidan por ustedes ni quieran decidir ustedes por otros.

2 comentarios:

  1. Bendito México, lleno de paisajes, riquezas insospechadas, grande en su cultura...lleno de Grandeza, lleno de magia...pero es México!!! y todo puede pasar en México...violaciones, asaltos secuestros, corrupción ilimitada etc etc etc, y lo peor...no pasa nada!!! pero nos sigue enorgulleciendo nuestro país, lo mas triste de todo es que nos acostumbramos a todo ello!!! pero sigue siendo nuestro Bendito México!!! Saludos Chato!

    ResponderEliminar
  2. Acabo de ver el fin de semana Presunto Culpable, no me gustó, ya sabíamos todo lo que ahí aparece, que los jueces son corruptos, los agentes del MP unos ignorantes (¿tendrán la primaria terminada?), los que se dicen abogados unos zopilotes. Desafortunada mente creo que la única solución viable para que México sea diferente sería que no existieran(mos) los mexicanos. La otra solución sería que nos educáramos, que fuéramos un poquito cultos; IMPOSIBLE. Así podríamos exigir y decidir sobre tantos temas que antes me provocaban enojo, ahora solo tristeza y lo que es peor indiferencia, total yo solo no voy a solucionar nada (no les digo que por eso estamos como estamos).

    ResponderEliminar