4 de octubre de 2011

¡1000! y Andando III


¡1,000 visitas!

     Cuando comencé a escribir estas cosas semanales, no me puse metas ni objetivos mayores, solo el placer de escribir. La semana pasada llegue sin proponérmelo a más de mil visitas de cinco minutos en mi blog, procedentes de diez países. Sí me sorprende el número, pero no sé si es rápido o me tardé mucho. He hablado del viaje a Europa, de la Fifí, de mi afición a torear, de mi experiencia en el mundial 86, del viejito español; también me he exasperado en el de Monterrey sobre la tragedia del casino y en Decidamos que no, pero decidamos nosotros, pero todo esto es lo que soy. Falta uno, El Grande, el de mi familia y sus integrantes, pero ese no lo he sacado porque tiene que ser perfecto. Los más visitados, cosa que agradezco, son el de dos personas entrañables en mi vida: el de ¡Cuidado con la serpiente, te va a morder!... de Gustavo Aceves y el del Me tocó a mí, de mi Profe Luis Oros; éste ultimo es el que mas nervioso me puso. De músicos, poetas y locos....todos tenemos un poco, creo que la diferencia es que yo me atreví. Créanme, si hay mucha presión al poner cosas no sabiendo como reaccionaran los lectores del otro lado… pero me han tratado bien. A los mexicanos, estadounidenses, canadienses, rumanos, alemanes, italianos, españoles, rusos, chilenos y singapureses… ¡Gracias!


Andando III

     Venecia. Pero antes de seguir, quiero precisar: todos sabemos que existe Venecia: Las góndolas y los gondoleros… Venecia es más, mucho más que esa estampa. Pero muchos no sabemos (yo no lo sabía) que Venecia es una isla… casi completamente artificial: Esta construida por el hombre sobre madera…sí, sobre madera. Se encuentra en la mitad de la Laguna Véneta, localizada en el mar Adriático, que a su vez es parte del Mediterráneo, entonces, el agua de Venecia es agua de mar, por eso huele a mar; es una isla ypor lo mismo no está tierra adentro. Ve a Google Maps, pero primero lee artículo, es mejor. Sigo.
     Salimos del estacionamiento y nos paramos a la orilla del Gran Canal a esperar ¡el transporte público! Sí, hay vaporetos, que son el equivalente al autobús citadino, son unas lanchas enormes muy estables. El Gran Canal es la vía más ancha de Venecia y la atraviesa en una enorme “S” que comienza cerca del estacionamiento y termina en la Plaza de San Marcos. En Venecia hay infinidad de puentes, pero solo tres cruzan el Gran Canal: El Puente de los descalzos, atrás de la estación del ferrocarril; El Rialto, el más antiguo y más bonito de los tres y el de La Academia. El primero y el tercero son los más sencillos. El Rialto es grande y de mármol, está lleno de venta de baratijas, pero sí es muy bonito. Nos bajamos del vaporeto y nos metimos en el “hotel”, que era una casa en la que se rentan habitaciones. Venecia está siempre llena de gente, así que fue mucha suerte encontrar hotel allí; los tours se hospedan en Mestre, localidad situada frente a Venecia en tierra firme. Nos nos fuimos de inmediato a La Plaza de San Marcos. Enorme espacio que alberga la inmensa Basílica y plaza que llevan el nombre del mismo Santo y el palacio de los Duques. La Basílica es monumental, pero en su interior los pisos parecen olas del mar, se pagó el precio de construir casi en el agua, pero sí es impresionante y bueno, ya tiene mil años. La plaza está llena de cafés y para amenizar, verdaderos músicos virtuosos, cada uno compitiendo por atraer clientes. Lo mismo ves a un saxofonista tocando jazz, que a un violinista, que son los más, tocando individualmente a Mozart; algo en común, si están allí, es que son unos maestros interpretando sus instrumentos. El Palacio del Ducado es como la mayoría de las grandes construcciones de Italia, de mármol blanco. Tiene una cárcel al otro lado de un canal y para llegar a ella pasas por el “Puente de los suspiros” que tiene unas ventanas por las cuales los presos que iban para el calabozo, lanzaban un suspiro al ver de allí, por ultima vez en su vida, la luz del sol. Las demás construcciones importantes que vimos son: La impresionante Basílica de Santa María de la Salud, el Palacio Grassi, el Palacio Delfin Manin, La Academia, con pinturas que datan del siglo XIV. Ya por la noche nos regresamos a la Plaza San Marcos a regalarnos un café viendo a un chelista extraordinario; en mi caso, cualquier instrumento en el que se use arco para interpretar melodías, me mata. Dormimos y al día siguiente nos pusimos a ver lo que nos faltaba. Nos sentamos a comer frente a la Basílica de San Marcos en una terraza que ofrecía el menú a sabe cuantos miles de Liras italianas, que eran como setenta pesos mexicanos. La carta decía milanesa de res, ¡aah! Pues me trajeron de pollo y yo que ya me comí todo el pollo que me tocaba en mi vida cuando vivía mi papá; reclamé. Me dijo el sudoroso y apestoso mesero que eso era lo que había, que si no la quería, había unas diez personas esperando mi mesa… me la comí para no tener que hacer mas coraje. La cuenta llegó de casi el triple de las liras esterlinas iníciales, como doscientos cincuenta pesos por persona, ¿Y ahora por qué? “Ese era el precio por comer dentro del restaurante, en la terraza es mas caro”. Ya me estaba convenciendo de algo que me dijeron unos amigos: El único defecto que tiene Italia, es que tiene italianos. Nos despedimos en la tarde de una Venecia muy interesante. Ah, y las góndolas son solamente una imagen pequeña de esta ciudad y los gondoleros, no se la pasan cantando.
     Tres horas después estábamos de noche en Florencia, ya para entonces el interés por Italia iba “in crescente”. A la mañana siguiente nos dirigimos a La Galería Uffizi o Galería de los oficios, hecha por órdenes de la familia Médicis en 1560, de allí fuimos a la Academia de Florencia en donde se exhibe El David de Miguel Ángel… No lo ves, lo contemplas; es tan impresionante en sus detalles, que hasta crees que se va a voltear a decirte “¿Qué me ves?”. Solo le falta respirar. Si vimos mas cosas, pero mejor manejo hasta la próxima ciudad. Nos tardamos unas cuatro horas, con una parada en Siena y llegamos a Roma de noche a un hotel lejos del centro. Dormimos.
     Roma es la ciudad que alberga a otro “país”: El Vaticano (Ciudad del Vaticano). Por la mañana el taxista nos dejó en la vía de la Conciliación que va desde el Castillo Sant'Angelo a la Plaza de San Pedro; desde aquí, la Basílica luce enorme. Ya de cerca no es enorme, es gigantesca y de un gusto exquisito. En el Vaticano, a pesar de las creencias generales, NO SE VENDE NADA que no sean folletos para guiar las visitas. Ahhh, también venden hombreras de tela para que las mujeres no entren con los hombros descubiertos, en una exigencia de respeto al lugar. Entramos por la puerta de los Sacramentos, que esta inmediatamente antes de la puerta Santa, que solo el Papa puede mandar abrir y solo en los años santos. Ese año estaba cerrada. Al entrar por la puerta de los Sacramentos lo primero que ves es… La Piedad de Miguel Ángel. (Me quedé un rato sin escribir, buscando las palabras que pudieran adjetivar a esta increíble y grandiosa obra de arte… no las encontré, perdón.)Desde el Museo del Prado me di cuenta de que la escultura era lo mío y La Piedad me dejó sin aliento: sí hay dolor en la Virgen y los detalles son increíbles, hasta en las venas y los músculos de Jesús. La Basílica de San Pedro está llena de arte: En una pared hay una imagen de un Papa suspendido en los aires sobre una tela, asombrosamente real, ¿pintura? No, ¡mármol! En el centro está el altar papal y es la parte más alta de la Basílica, desde el suelo hasta la parte alta de la cruz de la cúpula hay 136,57 metros; para que los hombres me entiendan, casi cancha y media de futbol. Escéptico de toda la vida, pregunté  por la capilla a la Virgen de Guadalupe, amablemente me indicaron donde; Sí, sí hay y su nombre es Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe. Otra cosa, se le llama Vaticano por que ese era su nombre desde antes de la cristiandad: es La Colina Vaticana; y no es ninguna de las siete colinas tradicionales de Roma. El Tesoro Vaticano que se exhibe es como cualquier tesoro de cualquier casa real, una riqueza que si se vendiera, posiblemente alcanzaría para un tiempo de gastos de la Ciudad. En fin, si sigo describiendo más de San Pedro tendré que usar unos veinte “Hoy es martes”, solo quiero dejar testimonio de que es verdaderamente una joya que debería de estar entre las nuevas siete maravillas del mundo… y en los primeros lugares, recuerdo que conocí también la Alhambra de Granada, España y no le llega ni al Altar Papal.
     Por otro lado están los Museos Vaticanos que, después de ver la magnificencia de la Plaza en su conjunto, son mas “humildes”; el recorrido debería ser a la inversa, primero los Museos y después San Pedro. Solo arte. Lo que mas me gustó fue el Apolo de Belvedere, la Galería de los Tapices, la Galería de los Mapas, el Patio de la Piña, el Codex Vaticanus que contiene una copia del Nuevo Testamento fechado entre 1519 y 1536; la estatua de Antonio del siglo segundo a.c. Hay estancias, aposentos y capillas en desuso como tal, pero al final de todo el recorrido, está la joya, La Capilla Sixtina… chiquitita para la importancia que tiene en la historia de los cristianos, ya que allí se llevan a cabo las elecciones de los Papas. Son casi cuarenta y un metros de largo por casi trece y medio de ancho (Hombres: cabrían mas de seis capillas en una cancha de futbol), entrando no volteas a ningún lado que no sea al techo. Son cientos de figuras entre las que destacan Adán y Eva en el Jardín del Edén, el Diluvio Universal y por supuesto la Creación, donde Dios está tocándole el dedo al Hombre para insuflarle aliento. Las paredes también están llenas de frescos de diferentes artistas; el que mas me gustó fue el Bautismo de Cristo de Perugino y Pinturicchio.
     La Ciudad del Vaticano es mucho más que este recorrido exprés, pero la mayoría son cosas de inenarrable belleza y riqueza cultural… son miles y no acabaría nunca; me decanté por las más significativas para mí.
     Este recorrido ha sido largo y si sigo así, me quedaré solo con los tres lectores incondicionales del principio… y eso quien sabe. El próximo martes describo la que para mí es la ciudad más interesante del mundo: Roma.

2 comentarios:

  1. Tampoco sabia de Venecia, imaginaba que no podia vivir solo de las gondolas pero ... que fuera artificial es algo nuevo (siempre se aprende). Es una lastima que el espacio sea reducido, mi curiosidad por Italia asi como por el Vaticano no eran muchas (mas bien nulas), ahora digamos que me gustaria conocer aunque sea un poco, solo falto una cosa, fotografias que ayuden y orienten a mi imaginacion ... Ole !!!

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  2. El David, La Piedad.....que te puedo decir...me haz dejado con envidia y de la buena!! No hay nada que me deleite tanto como el arte y en todas sus formas!! La descripcion de Venecia y del Vaticano estubieron increibles, se me hace agua la boca (como dicen). No me queda mas que agradecerte por la descripcion tan detallada y deliciosa que diste de todo lo que viste. Vaz a tener que escribir un libro amigo, ni modo...al que Dios le ha dado talento lo tiene que seguir usando :) mientras te decides yo sigo leyendo tus blogs...que me dejan boquiabierta!
    Gris

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