13 de septiembre de 2011

Me tocó a mí.

     Don Artemio del Valle Arizpe escribió que a mediados del siglo pasado hubo en Saltillo, Coahuila, un maestro llamado Octavio López, que impartía matemáticas en el Ateneo Fuente de aquella ciudad. En sus textos, Don Artemio se refiere a él con duras palabras llenas de rencor.
     “Era altanero y endiosado, como si la materia que él enseñaba lo pusiera por encima de los demás mortales. En cada curso reprobaba a casi todos sus alumnos, pero por culpa suya –sigue don Artemio– se frustraron muchas valiosas vocaciones, e incontables muchachos dejaron de estudiar una carrera al no aprobar el bachillerato por causa de este mal profesor malo”
     Repasando mi vida, en retrospectiva, siempre ha habido –y esto lo digo yo– maestros malos de matemáticas –o de química, de física, de historia o de algún grado de estudio– que piensan que con reprobar a más de la mitad de alumnos, se enaltecen demostrando su excelencia y severidad magisterial, como aquel pedantisimo profesor Pasos, “doctorado” en Francia y que nos dio matemáticas en segundo de prepa. O aquel excelente amigo, profesor de física del mismo año, que llenó un salón con exámenes extraordinarios teniendo él, solo dos salones de cátedra.
     Hace algún tiempo era yo un papá algo rígido con los estudios de mis hijos; no podían o no debían faltar con sus tareas, supervisaba su aprovechamiento escolar platicando con sus maestros una vez al mes. No quería que les fuera como a mí me fue… pero tampoco los dejaba disfrutar esa hermosa etapa de su vida. ¿A quién le gustaría volver a vivirla? A muchos ¿que es imposible? Ni hablar. Pregunto: ¿Quién fue Miguel Miramón? Tú, lector, ¿lo sabes? ¿No? ¿Te importa? ¿Te sacó de algún apuro en la vida? Yo sí lo sé, pero porque lo leí décadas después en un magnifico libro. ¿Cuál es la raíz cuadrada de 294,582? Es 542.754, pero saqué la calculadora de diez pesos y lo supe. Ya dejé a mis hijos en paz, que cumplan, eso sí, pero que disfruten, no quiero ser un maestro malo.
     Pero ¿por qué hablo de maestros malos? ¡Fácil!
     Yo tuve al mejor profesor de primara.
    Después de tres décadas y una búsqueda tenaz por encontrarlo, me di por vencido al darme cuenta de que mis llamadas telefónicas estaban levantando una señal de alerta; temían que yo fuera un alumno resentido que quería hacerle daño. Pero lo localicé en una red social. Un tímido y anhelante mensaje electrónico de mi parte fue suficiente: Lo había encontrado.
     Le pedí una cita para vernos a la que el amablemente accedió. Fui solo, el reencuentro era demasiado importante para mi, no quería estar platicando con él y explicándole a mi esposa o a mis hijos de lo que se hablaba.
     Cuando llegué a su casa, antes de tocar el timbre, me di cuenta de que hacía muchos años no estaba tan nervioso como en ese momento. Toqué y me abrió él, nos saludamos de abrazo y me invitó a pasar. Había él demorado un paseo dominical con la familia para recibirme y estar a solas.
     Encontré a un hombre maduro (yo ya lo soy), pero sorprendentemente bien conservado y apenas peinando canas. Me pasó a su sala. Me contó que ya estaba jubilado y que estaba haciendo cosas que siempre quiso hacer y no había podido por la dedicación a lo suyo.
     Le conté de mi vida, de lo lindo que me ha ido con mi familia, la maravillosa esposa, de mis tres hijos, en fin, todo en lo que se había convertido aquel alumno problema.
     –Pero tu no eras un alumno problema –¡me dijo!–, te recuerdo como un niño muy inquieto, pero no un alumno problema.
     Pensé que en realidad no se acordaba de ese tiempo, pero comenzó a decir los nombres de muchos de sus alumnos de aquellos años de primaria en el que estuvimos juntos, ¡recordaba a la mayoría!
     Continuamos con anécdotas de ese tiempo: la canción de "Juan Paco Pedro de la Mar"; de como siempre le ganábamos a los otros salones en el futbol; del Padre Manzo; de su boda estando en el Othón dando clases; de sus hijos y nietos; del gusto mutuo por leer.
     Uno, como lector voraz, piensa que el último libro que leyó es el mejor. Le llevé uno de regalo: “La Catedral del Mar”. Para mí, un libro es el mejor regalo que se puede hacer o recibir.
     Nos despedimos y quedé con un lindo sabor dulce de boca. He estado en comunicación esporádica con él, pero sé que ya no perderé el contacto.
     En el funeral de Gustavo, platiqué con Nena Ricavar y salió a tema el recuerdo de este buen profesor bueno.
     –Sí, también a mi me marcó mucho –me comentó  ella–, al grado que yo me dije que él tenia que ir a mi boda. Él debía estar en el día más importante de mi vida. Y sí fue, me acompañó cuando me casé.
     ¡Ojalá se me hubiera ocurrido a mí!
     Es posible que tú, uno de mis cinco lectores, crea que estoy haciendo mucho ruido con esto, pero no importa, posiblemente tú no lo tuviste de profesor y por eso no me comprendes.
     Yo no era el mejor estudiante, es más, sé que era mal estudiante; lo mío era el deporte, y en eso era, por mucho, el mejor de todos. Pero ahora sé que no fui un alumno problema… él me lo hizo saber.
     El titulo de esto tiene que ver con dos cosas: Me tocó a mí: estuve en clases con él; Me tocó a mí: influyó en mí vida.
     A todos nos encantaría, de una manera u otra, dejar huella de nuestro paso por esta vida; solo algunos privilegiados lo logran sin apenas darse cuenta y haciendo solo lo que les gusta. Él es uno de esos privilegiados. Finalmente sé que es una parte muy importante y valiosa de mí vida; de una etapa que atesoro con mucho cariño.
     Soy un agradecido con la vida y con lo que me ha dado… y lo seré siempre. Soy un hombre de bien, entre otras cosas, porque él me tocó a mí.
     Profe Luis Oros Velarde… Gracias.


5 comentarios:

  1. El mensaje para mi, vendita tecnologia, que bueno que te tomaste el tiempo para dar merecido reconocimiento a una persona que como dices, te haya marcado, que pueda saber de la fuente y no por terceras personas lo mucho que contribuyo en tu formación y finalmente la persona que eres, obviamente habrá personas que no le reconocen o no supieron aprovecharlo como tu, a el, creo que al leer tus lineas sabra que su trabajo fue más que bien hecho.
    Ole !!!

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  2. Benditos y gloriosos días en ese Bendito Colegio!!! que marcaron la vida de todos los que cruzamos por esos pasillos??...........yo creo que SI!!!!!!!! saludos chato.

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  3. Efectivamente, Bendito Colegio ... para quienes tuvimos la suerte de estar ahi, y tener una experiencia tan completa como la que tu describes ahora :) Un abrazo.
    Ole !!!

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  4. No cabe duda Rafa, cada dia tu pluma mas afilada y que mejor q para hacer un homenaje y reconocer a nuestros buenos maestros. Saludos !!

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  5. No cabe duda Lily, que nuestro escritor es bueno, y tiene la virtud del agradecimiento, sinceridad y valor ... a seguir siguiendolo los martes :)

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