8 de mayo de 2012

Andando X: Paris.


            El camión dejó la ciudad a las tres de la tarde y tomó rumbo al sur, en un viaje que según María, la guía, duraría unas cuatro horas. Acabábamos de dejar Brujas en Bélgica y nos dirigíamos a la joya del viaje de muchos de los que íbamos en el transporte... Paris.
            El camino los hicimos platicando con una pareja de hermanas maestras venezolanas, morenitas, muy serías pero de buena platica. Nos dijeron que no disfrutaron Londres porque los precios de los tours eran muy caros y andar ellas solas, les daba miedo. Les ofrecimos que anduvieran con nosotros en Paris. Cuando llegamos a la magnifica ciudad, nos dirigimos al hotel que quedaba en la Rúa de Crimèe, lejos de la zona centros de la ciudad. Yo revisaba mis fotografías pasadas y no levantaba la visa hacia fuera del camión, no quería ver de lejos el símbolo de la ciudad; cuando la viera, tendría que ser para contemplarla toda, de golpe. En el hotel tendríamos una hora para descansar y después salir a la visita guiada que estaba programada en el itinerario, como ya habíamos hecho en Londres: “Paris de noche”. Yo no descanse, me bañé y me salí al camellón a respirar el aire de la ciudad más famosa del mundo. Otra persona del tour también estaba haciendo lo mismo. Siempre andaba de shorts, siempre con el cabello suelto y siempre con la cara deslavada, pero que advertía ser una persona muy despierta.
            -Hola, ¿de donde sos vos?
            Se llamaba Sandra y era argentina. Estuvimos platicando una media hora mientras nos llevaban a conocer la ciudad. Subimos al autobús y nos acomodamos cerca de las venezolanas (de cuyo nombre grosera y desgraciadamente no logro acordarme) y partimos. Yo seguía igual, la vista baja. Afortunadamente fue el primer lugar que nos llevaron. Yo iba del lado del copiloto y cuando se detuvo el camión, lo único que vi fue una fuente enorme. Marcela me dijo que era la Plaza del Trocadero, que está enfrente. Yo caminé por el pasillo del autobús sin dejar de ver la fuente, no quería verla a medias. Bajé del camión y volteé a verla.
            ¡MARAVILLOSA! El primer golpe que entrega de noche la Torre Eiffel a sus visitantes, es absolutamente sobrecogedor. Con sus 300 metros perfectamente iluminados, quita el aliento. Y lo quita no solo por que es el “monumento” (que no es un monumento propiamente dicho) mas fotografiado del mundo y de la historia y el símbolo de esta ciudad, sino que era un sueño de mi vida. Desde donde estábamos a la base de al Torre, debe de haber unos cien metros que no recorrí; mejor me senté en las bardas de la fuente del Trocadero a seguir con mi éxtasis personal fumando un cigarrillo. Después de unos veinte minutos, nos llamaron a seguir el recorrido. Dentro del autobús, todo era platica de todos con sus grupos; lo menos que se dijo de la torre fue “inmensa”, de ahí para arriba, solo era admiración. Una de las venezolanas estaba llorando feliz.
            Pasamos por un costado de la catedral de Notre Dame du Paris (que así es su verdadero nombre), por el barrio latino, por el Museo de Louvre, el Jardín de las Tullerías, la Plaza de la Concordia y nos fuimos a otro símbolo de esta ciudad, pero éste sí lo vi por los vidrios del autobús, porque íbamos por la avenida mas famosa del mundo (eso lo digo yo): Los Campos Elíseos. En el fondo de la avenida estaba el Arco del Triunfo, obra del Emperador Napoleón I, o Napoleón Bonaparte para nosotros cuando éramos niños de primaria. Ahí estuvimos también unos veinte minutos. Viendo para el Louvre, veo otro arco pero muy pequeño, después de las Tullerías, que es el Arco del Carrusel y para el otro lado del Arco del Triunfo, está el nuevo y antiestético Arco de la Defensa. En este momento, viendo todo el largo de los Champs Elysees, tengo una certeza: si logramos descontextualizar esta famosísima avenida francesa, la avenida Venustiano Carranza de San Luis Potosí es mucho más bonita (ojo, solamente si pudiéramos sacarla de contexto). Seguimos el trayecto y pasamos por el Hospital de los Inválidos, La Madeleine, El Panteón y por ultimo pasamos por el Puente del Alma, en ese tiempo, aun morboso paso a desnivel debido a que allí la princesa Lady Di se encontró en la frente con la estrella del auto Mercedes Bens en el que viajaba. De camino al hotel, nos señalan a lo lejos la iglesia del Sagrado Corazón, el punto más alto de Paris.
            Ya en el hotel, la mayoría estábamos cansados, pero no la argentina Sandra, que me propuso que nos fuéramos de “botellón” por las calles de Paris. Vi en la cara de las venezolanas los ánimos puestos y a mi mamá como diciendo “lo que tu digas” con la esperanza de que dijera que si. Estaba claro, si iba yo, había fiesta, si no, nos metíamos al hotel y nos quedábamos a dormir.
            -¡Vámonos pues! –Dije y de los seis que éramos, tres se metieron a cambiarse de ropa y a pintarse un poco; la tía de Sandra, mi mamá y yo nos quedamos en el camellón de la calle Crimeè a esperarlas.
            Paramos un taxi y resultó que era mujer taxista; comenzamos a ver como nos acomodaríamos los seis, pero, en un país donde las reglas se cumplen, ella solo nos dejó entrar a cuatro. Nos esperamos a tener otro taxi y nos fuimos al Panet Hollywood, de las once de la noche a las dos de la mañana. Yo no quería estar allí a pesar de que me la estaba pasando bien. La experiencia de los treinta días anteriores por el resto de Europa me decía que debía dormir bien. En Roma desayunábamos a nuestras anchas perdiendo un tiempo valioso, y lo que hay que ver en Roma está casi todo junto, aquí no, en Paris casi nada está junto.

3 comentarios:

  1. Compadre ... en verdad como ya te comentaron por ahi, me llevaste a aquellos lugares, a aquella Ciudad de ensueño, a la Torre ... solo espero que la narrativa continue, me quede con la idea que viene una segunda parte de Paris y, Olé !!!

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  2. Me quede imaginando la visión que tuviste de la Torre...y...si casi me lo puedo imaginar...¡ Como un Orgasmo visual combinado con euforia y al final un remanso de total satisfacción!!!...bueno eso creo que sentiste; así me pasa cuando logro ver algo que para mi es espectacular...como lo debe ser la Torre!! fantástico!!

    Un saludo Chato..abrazos a todos también!

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  3. Me encanta viajar a traves de tus relatos Rafa. Este, muy ameno, saludos !!

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