31 de enero de 2012

Andando VIII: Londres-Brujas.

El Puente de la Torre.
     Yo me bañé y después mi mamá, que luego de hablar de las bondades del delicioso vino ruso y sus consecuencias, llegó al cuarto. Salimos de nuevo a la calle, aun nos faltaban unos símbolos de esta ciudad por visitar. El metro en Londres va siempre por debajo de la tierra… como debe ser. Gente practica, los ingleses, a su metro le llaman Underground (bajo tierra). De hecho, el nombre metro pareciera absurdo, pero no, es el apocope (contracción) de tren metropolitano (metro).
La Torre.
     Llegamos a otro icono de esta ciudad: El Puente de la Torre, que debe su nombre a la torre que se encuentra en la orilla del Támesis, cerca del puente. El puente es precioso; allí desde 1894, tiene dos levas que pesan más de mil toneladas cada  uno y un pasillo en las alturas para usarse por peatones cuando las levas están funcionando. La torre que le da el nombre al puente, tiene allí desde hace casi mil años, ahora es un atractivo turístico, pero se uso como vivienda real y prisión en el Medioevo. Sirvió en las guerras mundiales como cárcel y sitio de ejecución de espías. Actualmente se usa para resguardar el tesoro real británico. En el hay seis venerables cuervos a los que alimentan sagradamente, si se van o mueren, la Torre se puede caer (leyenda).
Teatro Real Albert Hall
     Después nos pasamos al Teatro Real Albert Hall de las Artes y Ciencias de Londres que con más de 140 años, es uno de las más grandes del mundo con capacidad para ¡8,000 personas! Y sí, se llama así por el amado esposo de la reina Victoria el príncipe Alberto de Sajonia. Ya habíamos pasado por allí, pero esta vez si entramos; está frente al Albert Memorial frente a Kensington Gardens.




Entrada al Museo Británico
Caminábamos por Oxford street y mi mama se adelantó. Quise alcanzarla lanzándole alertas con el radio para contactarnos, pero no contestaba. Después de unos momentos, se oyó que me hablaban por el mismo radio. La que hablaba era Mima, la de la casa donde se embeodó mi mama.
     -Rafa, Marcela está conmigo en la tienda, metete. –Y me dio el nombre.
     Me metí y vi que mi mamá estaba en su pasatiempo favorito… compras. Eso me enojó, era una tienda de Ralph Laurent como hay en todo el mundo.
     -¡Mira que bonitos están los suéteres!
     -Saben qué, ya me voy, ¿Dónde nos vemos?
     Mima, para no meterse en broncas, me dijo.
     -Nos vemos en el McDonald de Hyde Park a las 7:00 pm.
    Me fui al Museo Británico. Vi la momia de Cleopatra, pero no Cleopatra VII, sino una antecesora (El cuerpo de Cleopatra VII, la novia de Marco Aurelio está perdido. Pasé por la cámara de México y Mesoamérica y sí, tenemos un lugar privilegiado en ese importantísimo museo.
     Y me salgo. Me detuve en un barandal y pensé “¿y ahora a donde voy?” Agarré el imprescindible mapa y me puse a ver que me faltaba… ¡Almacenes Harrods! ¡Por supuesto! Busqué una bajada al  Underground, la localizo  me encamino. Cuando ya iba a bajar, oí unos rechinidos de llantas y me quedo paralizado: un motociclista chocó con un camión de los de pasajeros de los de dos pisos, los rojos. “Ya se mató” pensé. Estaba tirado en el suelo. Todo en silencio. Al parecer estaban esperando a que él mismo se lastimara, porque en cuestión de dos minutos llegó la ambulancia. Con perdón, pero ya había como diez personas echándole aire con revistas, así que me metí al metro porque no tenía ninguna necesidad de amargarme la tarde. Salí casi enfrente de los almacenes que para esas fechas, ya no tenían los escudos reales. Y ahí va la explicación de los escudos reales. La realeza tiene dos obligaciones fundamentales: no trabajar ni hacer absolutamente nada productivo ellos mismos, y gastar el dinero a manos llenas y las dos cosas las hacen con una eficiencia increíbles. Pues bien, si un personaje de la realeza le gusta comprar en una tienda de ropa, por ejemplo, el dueño puede gozar del honor de que encima de su establecimiento le coloquen un escudo de esa familia real, así la gentuza sabrá que en esa tienda compra los alimentos para el perrito la Duquesa de Dallas Estas, y en aquella otra compra la ropa interior (calzones) el Príncipe de Tehe Ringo el Menor. Si uno de esos comerciantes tiene ese escudo, es garantía de que la raza comprará donde compra la realeza y podrá vender mucho, además de caro. Pues bien, debido a que el hijo del dueño de los almacenes Harrod`s se estaba divirtiendo con la princesa Diana y tuvo la desfachatez de matarla en Paris, ya èsta tienda no contaba con ningún escudo real; a pesar de eso, me metí. Sabía que esa tienda era muy cara, pero pensé que por lo menos podría comprarme unos chiclosos en una caja registradora. Es una tienda fantástica. Me metí a la joyería y tienen, por ejemplo,  un apartado de la marca de relojes Rolex; Debía de haber allí por lo menos, en un solo exhibidor de un metro cubico, un millón de pesos en relojes de esos. Y así tenían de unos cinco mostradores de marcas de relojes carísimos. En fin, busque que comprarme y me encontré con una caja de galletas que costaban unas 7 libras, que eran como MX$100.00, una taza con te ingles (por supuesto) de 12 libras (MX$170.00) y otra caja con galletas de la India de 8 libras (MX$120.00). Salì de prisa porque ya casi eran las 7:00 pm, hora de la cita en el Hyde Park. Cuando llagué, mi mamá vio donde había ido y me dijo.
     -¿Fuiste a Harrod`s? ¿Qué me compraste?
     -Nada.
     -Es que yo nunca he ido.
     -¡Pero si has venido cuatro veces! ¡Y es visita obligada! –Total.
     Nos despedimos de Mima y nos metimos al hotel, a la mañana siguiente saldríamos a Brujas, Bélgica por el Eurotunel de pasada para la cereza en el pastel de mi viaje… Paris.


 INVITADO.
          Ya una vez retomado el hilo del blog, regreso también a las colaboraciones que amablemente hacen mis amigos. Me quedé como es natural, con mi amigo-compadre-hermano Germán Margain. Va pues él para el próximo viernes.

1 comentario: